Tuesday, August 29, 2006

Tengo rabia de quinceñera a la cual la prima le ha robado la atención en su fiesta de quince. Es la misma rabia de guitarra eléctrica desbocada en pradera primavera impoluta bastante puta petrificada. Sentí que mi mano podía romper las barras del vagón de tren vacío, que podía enviar millones y millones de jabs directos a la mandíbula del universo, y que, si llegaba a sangrar, de mi sangre brotaría la vida de la mismísima manera que un día los animalitos salieron del océano y les crecieron patas piernas para convertirse en tiranosaurios, king kong, burócratas y demás barbaridades. Pero los animales que saldrían, hoy, de mi sangre serían bestias condenadas caínescas acaecedoras de la dulce maldición perpetua que sufrimos los que aún amamos, así no haya destino en las flechas cursimentes cupidescas del amor inmaculado, que existe sólo porque mi padre y mi madre todavia se besan y se rien mutuamente. Serían búfalos maculados, iracundos en escencia, que se alimentarían del pasto virgen cuyo recipiente es el pubis angelical de quinceañeras derrotadas.

Tengo rabia milenaria, que explota como explotan los planetas. Tengo la misma rabia que ahora debe de tener Plutón. Tengo hambre kamikaze.

1 comment:

nicolececilia said...

pobrecito plutón, como le despojaron de una identidad centenaria... es cierto que debe sentirse como mierda