Friday, January 12, 2007

Hoy una nueva cortada en alguno de mis dedos; pequeña, incapaz de alarmar a alguien. Bonitas si son las servilletas con las que paré la sangre. Pero es muy bobo guardarlas porque lo que ahora veo carmesí luego se vuelve café. El color de la sangre es mi favorito, pero la única manera de mantenerlo es mantenerse sangrando. Tal vez por eso también me gusta.

Todos los días me corto un poquito, pero en partes donde no sale sangre. Pero lo bueno de que las heridas del espíritu son invisibles es que nadie se puede sentir atraído por ellas, no se corre el riesgo de que me regalen lástima, ni que nadie se preocupe de más.

2 comments:

Liz, the reckless one. said...

no me duelas mas...

Unknown said...

LUIS JAVIER, desde colombia ver la profundidad del dolor y impotencia del amor, me hace pensqar, que no estoy sola en esta batalla que se libra entre voluntades, intereses y placeres, donde tu eres luz y yo soy lìneas que con suerte se ven armònicas. Soy solo eso armonìa temporal en un plano americano con una edificaciòn pacìfica. Lorena Salazar